¿Basura o comida? Las siete vidas de los alimentos en El Salvador

En El Salvador, 9% de la población vive en la pobreza extrema con menos de un dólar diario mientras más de 50% de la basura es de origen orgánico. No todo ese porcentaje es alimentos pero basta compartir la jornada con los pepenadores que viven apostados en el camino que conduce al mayor relleno sanitario del país para ver que en la basura hay muchísima comida desperdiciada, desde bolsas de papas fritas, masa para pizza y botellas de soda selladas, hasta huevos y barriles con pollitos vivos.

Por Glenda Girón

Uno tras otro, hasta llegar a cinco, pasan los camiones repletos por delante de cuatro jóvenes -son cinco, si se cuenta al que está con una borrachera que lo tiene casi inconsciente- sentados bajo la ramada a la orilla de la calle mal pavimentada. De repente, un camión de basura logra sacarlos de la plática sobre el saldo del teléfono o de por qué se emborrachó el compadre. Ese camión que los hace reaccionar en segundos lleva, entre otras cosas, pollitos vivos.

La forma de operar es casi siempre la misma. Los baches del camino obligan a los conductores a reducir la velocidad, lo suficiente para que los jóvenes afiancen primero un pie y luego el otro en el camión. Los muchachos toman lo que les cabe en las manos y cuando pueden se auxilian con cualquier objeto que encuentran dentro del camión para acaparar más: bolsas, cajas, pedazos de guacal o retazos de ropa. Se bajan unos metros más adelante, casi siempre sonrientes, satisfechos con el botín conseguido.  Sigue leyendo

Nómades y cazadores. Tesoros alimentarios en una montaña de basura

Del consumo voraz de comida-chatarra en los grandes malls a la búsqueda de alimentos en los basurales del Gran Buenos Aires, un recorrido que revela las conexiones entre la pobreza, el consumismo y la alimentación industrial.

Por Soledad Barruti

Juan y Tomás entran a Unicenter y salen corriendo para perderse en la multitud. Llevan recorridos sus 11 años de vida en colegios privados y salidas de días libres a lugares como este: un shopping lleno de gente y objetos que algún día van a poder comprar con su propio dinero. Son puro deseo, atravesados por la ferocidad del marketing infantil que surgió en los años 50, se fortaleció en los años 80 y despuntó hace apenas 15 años cuando los chicos empezaron a pasar un promedio de 25 horas por semana frente a la televisión y tuvieron acceso ininterrumpido a Internet y a toda la propaganda no convencional que pueda imaginarse.

Llevan 100 pesos en el bolsillo (alrededor de 10 dólares), que esperan estirar con los vales de McDonald’s que les dieron a la salida del colegio para promocionar la nueva hamburguesa «italiana» a solo 22 pesos. Antes de enfrentar la cola demorada del local, ubicado en la esquina más transitada de ese patio de comidas en el que entran 1.800 personas sentadas, recorren negocios de ropa para los adolescentes que sueñan ser: miran zapatillas, remeras, cadenas. Uno de ellos –rubio, ojos transparentes, dientes blancos poco crecidos, cuerpo delgado y tenso– lleva una calavera plateada colgada de la muñeca y esconde la cruz de plata del bautismo bajo la remera porque no sabe si va bien con la actitud que quiere tener. El otro –morocho, el cuerpo blando y blanco, más inseguro, o más tranquilo, igual de alto– camina dejándose llevar por su amigo. Cada tanto toca su celular para ver si suena: la única regla de la salida es que no olviden que la madre de Tomás los espera en la entrada de los cines y que si el celular suena, ellos tienen que atender. «En ciudades que se fracturan y se desintegran, este refugio antiatómico es perfectamente adecuado al tono de una época», escribió en los años 90 la ensayista Beatriz Sarlo para describir los shoppings: artefactos perfectamente adecuados a la hipótesis del nomadismo contemporáneo.

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O modelo energético na América Latina: mercado, privatização e dependência

Na intenção de definir estratégias de enfrentamento ao atual cenário de crise climática, parece fundamental avançar concretamente na análise das relações entre demanda energética, os procedimentos de produção, os direitos dos povos, a sustentabilidade nos usos dos recursos e dos territórios e, finalmente, o modelo energético vigente na região que não entende a energia como um direito mas como uma mercadoria.

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El futuro, en los viejos mercados

Mercados orgánicos en Argentina
por Bárbara Vespa

En la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores existen muchos mercados comunitarios, de diferentes dimensiones y ofertas. Tres de ellos se dedican específicamente a productos orgánicos y ya están bien establecidos en el circuito del consumo responsable.

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Compras saludables, consumo responsable

Mercados orgánicos en Argentina (parte I)
por Bárbara Vespa

Hay una tendencia que crece y se expande cada vez más en Argentina: los mercados orgánicos y el consumo responsable. Afortunadamente, el interés de los consumidores por acceder a alimentos sanos, ricos, libres de conservantes y cultivados con aguas limpias se hace cada vez más fuerte, permitiendo así que el mapa de comercio justo se amplíe día a día.

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Un deporte, un transporte, un paseo

Bogotá en bicicleta 
por María Paula Martínez

 

¿Los bogotanos somos apáticos ante los temas verdes? Bogotá tiene más de 8 millones de habitantes y,  aproximadamente, 350 kilómetros de ciclorutas o vías exclusivas para el uso de bicicletas. Todos los domingos desde las 7 de la mañana hasta las 2 de la tarde, más de 120 kilómetros de vías vehiculares son cedidas para el uso exclusivo de la bicicleta y la práctica de otros deportes.

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