El nirvana del consumo responsable

Consumo responsable en México (post II)
por Marioliva González

Continuamos hablando de consumo con algunos datos impactantes de México. Mi país es el consumidor número 12 de petróleo a nivel mundial, y es la tierra prometida de los refresqueros, ya que tenemos el segundo lugar en consumo de agua embotellada y el primer lugar en consumo de refrescos.

En números concretos, esto significa que cada habitante de México consume unas 500 botellitas de plástico por año, en promedio. De ellas se recuperan para reciclaje un 20%. Es decir, en algún relleno, bosque, playa, montaña o mar, se acumulan cada año alrededor de 350 botellas por persona, y ese costo ambiental nunca se recuperará.

Esto está directamente relacionado con la salud pública de la población en general, puesto que también detentamos el primer lugar en obesidad infantil, y la diabetes es la primera causa de muerte en la población mexicana.

Eso no es todo. Según el Producto Interno Bruto Ecológico (PINE), México pierde alrededor del 8% de su PIB en costos ambientales de producción. Actualmente existe una iniciativa, aprovechando el contexto nacional de las inminentes elecciones presidenciales, estatales y de diputados y senadores que propone bajar este costo a la mitad. Entretanto, todos los mexicanos pagamos ese costo.

El consumo sustentable

La conciencia sobre la existencia de un circuito  de producción, distribución, consumo y desechos -y la revelación de que el planeta no puede soportar el ritmo de desgaste al que lo estamos sometiendo- se tomó en cuenta oficialmente en la “Cumbre de Rio» o «Cumbre de la Tierra” de 1992, donde se señaló que “lograr un desarrollo sustentable requerirá tanto de la eficiencia en los procesos de producción como de los cambios en los patrones de consumo”.

Ahora, 20 años después de aquella Cumbre de la Tierra y en medio de las actuales crisis económicas, el sistema económico sigue tomando en cuenta únicamente las ganancias, y deja fuera la crisis ambiental y social. En otro post de este blog, más adelante, Alejandra Granados hablará precisamente de «economía verde».

Hace unos 10 años, se puso de moda aquello que se llamó “green wash”, o “lavado verde (de cerebro)”. Es decir, en pos de las ganancias, varias empresas se dieron cuenta de que cada vez era más rentable, por ejemplo, anunciar la reforestación de algunos bosques o lanzar  empaques más “reciclables”, y así lo hicieron, generando más dinero con una inversión mínima y casi sin compensar los daños reales de sus procesos de producción. Justo ahí está la trampa y hay que abrir bien lo ojos para no caer en ella.

Es importante señalar que la lógica de “voy a consumir y luego lo reciclo” no funciona. Es necesario pensar si se necesita consumir y por qué, y luego elegir el producto o servicio de menor costo ambiental. En cualquier caso, es imprescindible separar los desechos producidos y reciclar aquellos que se puedan reutilizar.

Aquí comparto algunas recomendaciones para alcanzar el nirvana del consumo sustentable:

  • Pregúntate si necesitas un producto o servicio. Trata de investigar los costos ambientales de haberlo producido, y evalúa si vale la pena adquirirlo. Mirá aquí abajo un video sobre producción y consumo sustentable, que puede ser de utilidad.
  • Prefiere el consumo local y justo: ayudarás a la economía local de pequeña escala, y reducirás emisiones de CO2.
  • Si vas a comprar, planifícalo. El 30% de la comida a nivel mundial se desperdicia, lo que significa que miles de litros de agua, suelo, y CO2 se usaron en vano.
  • Disminuye tu consumo. Hace un tiempo, una periodista de la BBC de Londres disminuyó, a modo de experimento, su consumo de plástico durante un mes. Recargar una botella de agua o usar la bolsa de tela para el súper te ahorrará unos pesos a ti, y muchos más al planeta. Tod@s podemos marcar un cambio.
  • Prefiere productos amigables con el medio ambiente y libres de crueldad hacia los animales. Lee los reportes acerca de empresas que contaminan en tu comunidad y lee las etiquetas.
  • La basura de unos es el tesoro de otros. Únete a mercados de trueque o a talleres de reciclaje creativo. Intercambiar prendas de ropa que no usas por otras nuevas es una buena opción para comenzar. El algodón es uno de los cultivos que más degradan el suelo por los fertilizantes que utilizan y también contribuyen a la deforestación.
  • Conoce tus derechos. En México existe un proyecto interesante que te da las herramientas a través de las “escuelas de Consumo”.

* Marioliva es directora de programas del Global Youth Action Network, una initiative de TakingITGlobal.
@marioliva4

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9 pensamientos en “El nirvana del consumo responsable

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    • Si! Yo veo a mi alrededor y todo viene en plástico ¿no? Es importante señalar también que esas botellitas de plástico significan extraer y extraer más y más petróleo, y emitir más y más CO2, puesto que la mayoria tienen un porcentaje ( si es que lo tienen) muy bajo de plástico post consumo ( o de reciclaje).
      Además, muchas contienen BPA, un plástico ligado recientemente al desarrollo de enfermedades como la Diabetes y el Sobrepeso…si hacemos un link, justo en ese rubro es donde l@s Mexican@s tenemos también primeros lugares a nivel mundial!

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